El proyecto va a mejorar el acceso y la disponibilidad de agua para riego mediante la instalación de pozos y micro reservorios familiares, para el almacenamiento y su posterior distribución en el riego de cultivos por medio de aspersores.

Se beneficiarán directamente 20 familias, que suman un total de 115 personas, que están en su mayoría lideradas por mujeres emprendedoras, muchas de ellas madres solteras o que han sido abandonadas por sus maridos. Todas ven en el suministro de agua y en el cultivo de hortalizas y tubérculos andinos una oportunidad para obtener alimentos para la familia y lograr así la seguridad alimentaria.

Su actividad agrícola se desarrolla en pequeñas propiedades, que no superan las dos hectáreas por familia, y los cultivos predominantes son la patata, la cebolla, la zanahoria, las habas y especies de forraje como la cebada y la alfalfa.

La ganadería es otra actividad que se realiza en la zona, mediante explotaciones de ganado vacuno que producen lácteos a pequeña escala. También destaca la crianza de conejos, gallinas y otros pequeños animales.

En las mulleres recae la responsabilidad de la crianza de los animales y la alimentación y salud de sus hijos. Además, una de sus tareas principales es proveer de agua para el consumo familiar, labor que en algún caso también es desempeñada por los niños más pequeños.

La carga de trabajo de las mujeres se ve agravada por la migración o ausencia de los esposos por motivos de trabajo. En muchos casos, las  tareas domésticas, productivas y de gestión comunal son asumidas íntegramente por las mulleres.

Al finalizar el proyecto, las veinte familias contarán con tecnologías productivas y los conocimientos necesarios que garantizar la producción de alimentos, la conservación de los suelos y la preservación del medio ambiente, disminuyendo así  su vulnerabilidad ante el cambio climático.

El proyecto cuenta con la cofinanciación del Ayuntamiento de Vigo.