El proyecto se realiza en la Comunidad Indígena Altoandina de Totora, declarada en Emergencia por el Gobierno del Perú. Los beneficiarios ascienden a 243 personas en situación de extrema pobreza.

Las fuertes lluvias y precipitaciones registradas en enero, febrero y marzo han castigado intensamente al Apurímac, lo que ha provocado desbordes de ríos, activación de quebradas, inundaciones, deslizamientos y huaicos.

Esto ha dejado a miles de familias afectadas y damnificadas, vías interrumpidas y  problemas importantes en infraestructuras comunitarias.

Se han destruido gran parte de las tierras de cultivo y han muerto muchos de los animales, base de la economía de subsistencia indígena en la zona.

A las lluvias torrenciales hay que sumar las heladas permanentes e intensas granizadas que ha padecido la comunidad en la que se desarrollará el proyecto.

La Región de Apurímac presenta cada vez más fenómenos naturales extremos por su condición de estar en las cadenas intercordilleranas cercanas al nudo de Vilcanota, con fuerte influencia de aires fríos desde abril a octubre de cada año. De noviembre a marzo se presentan fuertes precipitaciones pluviales. El cambio climático está acelerando estos eventos extremos y la población no cuenta con ninguna herramienta para paliarlo.

El proyecto busca incrementar la capacidad de resiliencia de la población para disminuir la vulnerabilidad provocada por efectos del cambio climático (lluvias torrenciales, inundaciones, bajísimas temperaturas, heladas y granizadas), desarrollando las capacidades de las familias en gestión de riesgos.

Para ello plantea dos resultados. El primero busca fortalecer las capacidades de la población en la prevención de gestión de riesgos para enfrentar  eventos climatológicos adversos, promoviendo el liderazgo de la mujer.

El segundo resultado busca reducir la inseguridad alimentaria de manera sostenible, a través de la dotación de semillas, la recuperación sus cultivos perdidos (papa, maíz, hortalizas), que serán instalados en sus campos de cultivos incorporando el uso de biofertilizantes que cuentan con la propiedad de fortalecer los cultivos para resistir y mitigar los efectos adversos del clima. Además, se formarán promotores agropecuarios que brindarán asistencia técnica a las familias.

Y con el objetivo de mejorar la dieta alimentaria se les dotará de un módulo de cuyes y semillas de hortalizas. Asimismo, se les entregarán kits de ropa de abrigo para mitigar el frío y proteger la salud.